Esta frase la tuve que oír demasiadas veces cuando estudiaba danza. Los motivos eran muchos y a veces sin solución. Era demasiado gordita, demasiado alta, demasiado baja.
"Tu cuerpo no es el adecuado..." muchos fueron los motivos pero jamás dijeron "No eres trabajadora" o "no amas suficiente la danza". Así que yo me aferré a eso y trabajé y trabajé. Duro, muy duro. Cuando mis compañeras hacían 2 horas, yo hacía 6. Cuando las demás descansaban, yo seguía. Cuando me decían un nuevo "no", yo interiormente pensaba "¿Cómo que no?". Siempre adelante, siempre fuerte.
Reconozco que hubo momentos que quise renunciar porque no podía más. Era mucho más fácil decir BASTA. Pero había algo que me hacía levantarme y seguir. Algo que de verdad valía la pena, BAILAR. Hasta que llegó un día que alguien se fijó en mí y me dijo: Eres lo que busco. Tú y solo tú.
Y bailé durante años. En cientos de escenarios y siempre, siempre fui feliz. Jamás dejé de trabajar y cada día la ilusión era mucho más fuerte.
Ahora soy yo quién tengo que transmitir todo esto a mis chicas. Todo mi amor y pasión a esta bendita profesión que me lo ha dado todo. Conmigo nunca tendréis un "no". Jamás un "pero". Siempre os animaré a seguir, a luchar, a intentarlo porque, sólo hay algo que os puede parar, vosotras mismas.
Ser lo que queráis ser. Da igual vuestro cuerpo, vuestras condiciones, vuestras limitaciones... a mí sólo me importa vuestro corazón y que esté manchado de música y danza. Lo conseguiréis. No puedo deciros cuándo o dónde, pero lo haréis. Os prohíbo que consintáis que nadie os diga "no vales" o "no lo conseguirás".
Bailad y sed felices, siempre tendréis mi mano. Allá donde la vida os lleve, estaré orgullosísima de vosotras porque, estoy segura de que lo que sea que os propongáis, lo habréis logrado.

No hay comentarios:
Publicar un comentario